Reflexión sobre los Ambientes de Aprendizaje en Internet (AAI)
Por: Jaime Benjumea
Estimados amigos y amigas participantes del curso Estrategias didácticas en Internet de Fe y Alegría (aula 2); también me uno a la construcción del blog, puesto que aunque no lo crean, los aprendizajes que he tenido con ustedes son invaluables y cada día estoy más convencido del inmenso potencial de intercambio y aprendizaje que se genera en los AAI.
Ahora bien, puesto que la idea central será compartir nuestros aprendizajes, comenzare en este espacio a establecer un dialogo entre algunos comentarios puestos por ustedes en los foros con mis anteriores experiencias de aprendizaje virtual.
La educación virtual vista como el tipo de educación que posibilita un mayor acceso a los programas de formación, que mejora el ejercicio del aprendizaje autónomo, y la reestructuración cognitiva del aprendiz mediante la ayuda multimedial y telemática, afronta problemas similares a los dados en la educación presencial: docentes que se dedican a enseñar y no a acompañar y aprender; estudiantes poco autónomos que añoran la rigidez de la educación escolar tradicional, altos índices de deserción, temáticas curriculares que desarrollan los estudiantes para responder al curso y no para apropiarlas a sus tareas, ejercicios y funciones cotidianas.
En el mismo orden de ideas, no podemos olvidar algunos factores asociados a la formación virtual, puesto que si bien, posibilita un mayor acceso de la población a la formación, las precarias condiciones socioeconómicas de los sectores populares provocan una brecha inmensa entre quienes pueden y quienes no pueden acceder a la utilización de estos recursos. En esta misma línea, me pregunto si las donaciones de equipos de segunda mano que llegan a nuestras escuelas no reflejan una vana ilusión de dar una educación acorde a nuestros tiempos, desconociendo con ello la lentitud de trabajo a la que nos exponemos, las precarias condiciones técnicas de la red y entornos virtuales demasiado lentos parcos y agresivos para la finalidad pedagógica esperada.
Aunque las anteriores son reflexiones que debemos tener siempre presentes para tratarlas y mejorarlas constantemente, desde mi experiencia particular como alumno virtual y ahora como tutor, es claro que no solo el docente, la plataforma, el entorno y los contenidos con sus actividades aseguran un aprendizaje; en los AAI se hace necesario otra serie de condiciones vistas de la experiencia construida por los que aprenden y no desde el que enseña[1]; donde cada uno (alumno y tutor) de una interpretación personal, donde los alumnos obtienen diferentes puntos de vista desde las perspectivas de sus experiencias y saberes previos; donde se de un verdadero proceso colaborativo entre todos los participantes mejorando con las múltiples perspectivas individuales; donde las actividades que realice cada alumno se desarrollen y apliquen en contextos reales centradas en problemas reales con solución logradas con el uso de herramientas computacionales y que impliquen el empleo de habilidades de orden superior; donde se respete tanto las pretensiones generales del curso, como los intereses y estilos individuales de trabajo de los participantes en pro del aprendizaje.
Precisamente, esta es una de las grandes ventajas de los cursos virtuales ofrecidos por la Federación Internacional de Fe y Alegría desde su programa de Informática ya que para el diseño de este entorno virtual de educación siempre estuvo latente la pregunta por el sujeto que aprende, por sus necesidades e intereses, por sus tiempos, por su disponibilidad para aprender autónomamente.
Ahora bien, pensando en el curso Estrategias didácticas en Internet ¿podemos asegurar que los estudiantes están aprendiendo autónomamente?; ¿las actividades propuestas se están contextualizando a las realidades de cada individuo?; ¿estoy aquí más para aprender y dar lo que se que para que me enseñen?, ¿destino el tiempo que tengo que dar por compromiso con migo mismo y mi formación, o por cumplimiento al programa? para estas y otras preguntas seguramente no tengamos una respuesta inmediata; pero como dice Eduardo Galeano, “las utopías no se hicieron para ser alcanzadas, se hicieron para caminar hacia ellas.
Así mismo, con el ánimo de aportar algunos elementos en que nos ayuden a determinar cuáles son los elementos fundamentales de un Ambiente de Aprendizaje virtual que posibilite el aprendizaje, se podría decir que son agentes (docentes, diseñadores, tutores, estudiantes,..); las actividades propuestas; el entorno virtual y la retroalimentación, y más que ellos mismos en sí, las respectivas interacciones que surgen respectivamente entre ellos.
Respecto a los agentes, surgen igualmente roles importantes a tener en cuenta en el diseño y evaluación de un Ambiente de Aprendizaje en línea, como son:
Por: Jaime Benjumea
Estimados amigos y amigas participantes del curso Estrategias didácticas en Internet de Fe y Alegría (aula 2); también me uno a la construcción del blog, puesto que aunque no lo crean, los aprendizajes que he tenido con ustedes son invaluables y cada día estoy más convencido del inmenso potencial de intercambio y aprendizaje que se genera en los AAI.
Ahora bien, puesto que la idea central será compartir nuestros aprendizajes, comenzare en este espacio a establecer un dialogo entre algunos comentarios puestos por ustedes en los foros con mis anteriores experiencias de aprendizaje virtual.
La educación virtual vista como el tipo de educación que posibilita un mayor acceso a los programas de formación, que mejora el ejercicio del aprendizaje autónomo, y la reestructuración cognitiva del aprendiz mediante la ayuda multimedial y telemática, afronta problemas similares a los dados en la educación presencial: docentes que se dedican a enseñar y no a acompañar y aprender; estudiantes poco autónomos que añoran la rigidez de la educación escolar tradicional, altos índices de deserción, temáticas curriculares que desarrollan los estudiantes para responder al curso y no para apropiarlas a sus tareas, ejercicios y funciones cotidianas.
En el mismo orden de ideas, no podemos olvidar algunos factores asociados a la formación virtual, puesto que si bien, posibilita un mayor acceso de la población a la formación, las precarias condiciones socioeconómicas de los sectores populares provocan una brecha inmensa entre quienes pueden y quienes no pueden acceder a la utilización de estos recursos. En esta misma línea, me pregunto si las donaciones de equipos de segunda mano que llegan a nuestras escuelas no reflejan una vana ilusión de dar una educación acorde a nuestros tiempos, desconociendo con ello la lentitud de trabajo a la que nos exponemos, las precarias condiciones técnicas de la red y entornos virtuales demasiado lentos parcos y agresivos para la finalidad pedagógica esperada.
Aunque las anteriores son reflexiones que debemos tener siempre presentes para tratarlas y mejorarlas constantemente, desde mi experiencia particular como alumno virtual y ahora como tutor, es claro que no solo el docente, la plataforma, el entorno y los contenidos con sus actividades aseguran un aprendizaje; en los AAI se hace necesario otra serie de condiciones vistas de la experiencia construida por los que aprenden y no desde el que enseña[1]; donde cada uno (alumno y tutor) de una interpretación personal, donde los alumnos obtienen diferentes puntos de vista desde las perspectivas de sus experiencias y saberes previos; donde se de un verdadero proceso colaborativo entre todos los participantes mejorando con las múltiples perspectivas individuales; donde las actividades que realice cada alumno se desarrollen y apliquen en contextos reales centradas en problemas reales con solución logradas con el uso de herramientas computacionales y que impliquen el empleo de habilidades de orden superior; donde se respete tanto las pretensiones generales del curso, como los intereses y estilos individuales de trabajo de los participantes en pro del aprendizaje.
Precisamente, esta es una de las grandes ventajas de los cursos virtuales ofrecidos por la Federación Internacional de Fe y Alegría desde su programa de Informática ya que para el diseño de este entorno virtual de educación siempre estuvo latente la pregunta por el sujeto que aprende, por sus necesidades e intereses, por sus tiempos, por su disponibilidad para aprender autónomamente.
Ahora bien, pensando en el curso Estrategias didácticas en Internet ¿podemos asegurar que los estudiantes están aprendiendo autónomamente?; ¿las actividades propuestas se están contextualizando a las realidades de cada individuo?; ¿estoy aquí más para aprender y dar lo que se que para que me enseñen?, ¿destino el tiempo que tengo que dar por compromiso con migo mismo y mi formación, o por cumplimiento al programa? para estas y otras preguntas seguramente no tengamos una respuesta inmediata; pero como dice Eduardo Galeano, “las utopías no se hicieron para ser alcanzadas, se hicieron para caminar hacia ellas.
Así mismo, con el ánimo de aportar algunos elementos en que nos ayuden a determinar cuáles son los elementos fundamentales de un Ambiente de Aprendizaje virtual que posibilite el aprendizaje, se podría decir que son agentes (docentes, diseñadores, tutores, estudiantes,..); las actividades propuestas; el entorno virtual y la retroalimentación, y más que ellos mismos en sí, las respectivas interacciones que surgen respectivamente entre ellos.
Respecto a los agentes, surgen igualmente roles importantes a tener en cuenta en el diseño y evaluación de un Ambiente de Aprendizaje en línea, como son:
El nivel de autonomía: visto como el autoconocimiento de las capacidades y limitaciones en la determinación de actuaciones y comportamientos
El nivel de reconocimiento: visto como la capacidad individual y grupal de resaltar las virtudes de otros desde su propia individualidad con el fin de generar ambientes de convivencia y aceptación social, realización personal, tolerancia y empatía grupal
La comunicación: pero entendiendo que no basta con tener los canales para ello, sino definir reglas de interacción y uso de los mismos de forma tal que se constituyan en verdaderos espacios de aprendizaje, por ejemplo, no basta con tener dispuesto un Chat, un foro, si este espacio se convierte en un ámbito dado solo para la charla y no para el intercambio de experiencias pedagógicas y de aprendizaje colaborativo.
La Justicia: entendida en este sentido como la exigencia de responsabilidad y el favorecimiento del trabajo colaborativo, así como, la participación con calidad y no sólo por cumplir.
El nivel de reconocimiento: visto como la capacidad individual y grupal de resaltar las virtudes de otros desde su propia individualidad con el fin de generar ambientes de convivencia y aceptación social, realización personal, tolerancia y empatía grupal
La comunicación: pero entendiendo que no basta con tener los canales para ello, sino definir reglas de interacción y uso de los mismos de forma tal que se constituyan en verdaderos espacios de aprendizaje, por ejemplo, no basta con tener dispuesto un Chat, un foro, si este espacio se convierte en un ámbito dado solo para la charla y no para el intercambio de experiencias pedagógicas y de aprendizaje colaborativo.
La Justicia: entendida en este sentido como la exigencia de responsabilidad y el favorecimiento del trabajo colaborativo, así como, la participación con calidad y no sólo por cumplir.
Respecto a las actividades, estas tendrán como eje central el campo del saber específico del área que lo compone y la intencionalidad perseguida, pero eso si, encaminadas a la solución de problemas y/o necesidades, estás pondrán a prueba las capacidades individuales y grupales en el manejo de los medios telemáticos, fomentaran las competencias para la solución de problemas, la comunicación y la argumentación de ideas, el manejo de recursos, la producción y manejo de volúmenes de información.
[1] Pensando en que todos los participantes de un Ambiente de aprendizaje en Internet; estudiantes y docentes deben estar siempre en función de aprender
